¿Te cuesta decidir qué ponerte cada mañana? ¿Tienes el armario lleno pero sientes que nunca tienes nada que ponerte? Un armario cápsula puede ser la solución: pocas prendas, bien pensadas, que combinan entre sí y se adaptan a tu estilo de vida.
¿Qué es un armario cápsula?
Un armario cápsula es una colección de entre 25 y 40 prendas que funcionan perfectamente juntas, adaptándose a tu estilo de vida y ayudándote a vestir con menos esfuerzo pero más estilo. La clave está en elegir ropa de calidad, con cortes favorecedores y colores neutros o fácilmente combinables, mezclando básicos con piezas con carácter.
Pantalones: tu punto de partida
Empieza por tres fondos de armario que te funcionen todo el año. Un vaquero azul de buen corte (como los Push In o Push Up de Salsa Jeans) que estilice y no pase de moda. Un pantalón neutro tipo sastre, en gris, beige o negro, perfecto para cuando necesitas elevar tu look. Y un pantalón fluido, tipo culotte o palazzo, para esos días en los que quieres ir cómoda pero sin perder estilo: los de Meïsie o Lili Sidonio son perfectos para eso.
Camisas y blusas que lo arreglan todo
Una camisa blanca oversize que puedas llevar abierta sobre un top, por dentro de un vaquero o bajo un suéter. Una blusa romántica con detalles bordados, encajes o mangas especiales, para cuando quieres algo más delicado (Molly Bracken y Meïsie son expertas en esto). Y una camisa estampada fluida, que te dé juego y contraste con el resto del armario sin romper la armonía (Skatïe tiene prints frescos y versátiles).
Chaquetas y abrigos con carácter
No necesitas muchos, sólo los adecuados. Un blazer estructurado eleva cualquier look básico: los de Trash and Luxury o Amosa son sofisticados sin ser rígidos. Un plumífero ligero y técnico que te abrigue sin restar estilo, como los de Save the Duck, prácticos, sostenibles y fáciles de combinar. Y una sobrecamisa tipo utilitaria, en tonos tierra o caqui, ideal para el entretiempo y con un aire casual (Skatïe lo hace muy bien).
Vestidos que siempre funcionan
Un vestido camisero que puedas llevar suelto o entallado con cinturón, incluso abierto como kimono en verano. Uno romántico con estampado discreto o detalles vintage para eventos, cenas o cuando simplemente te apetece sentirte más femenina. Y un vestido sencillo, monocolor, de punto o algodón, que sea la base para crear desde un look deportivo hasta algo más chic según los accesorios. Aquí encajan de maravilla las colecciones de Amosa, Molly Bracken y Skatïe.
Tops, básicos y capas ligeras
No puede faltar un top blanco y otro negro, ajustados o tipo tank. Funcionan con todo, y si son de algodón orgánico o tejidos suaves, mucho mejor. Un suéter neutro, fino, que puedas llevar encima de camisas o solo, y alguna chaqueta de punto o kimono ligero para dar textura a tus looks. Las piezas de Skatïe, Lili Sidonio y Meïsie te ofrecen básicos con detalle que marcan la diferencia.
Calzado y bolsos: menos, pero bien elegidos
Zapatos: unas deportivas blancas, unos botines neutros, unas sandalias cómodas y quizá un zapato tipo mocasín o bailarina. En cuanto a bolsos: uno pequeño tipo bandolera, uno mediano para el día a día y un shopper versátil. Recuerda que la clave es que combinen con al menos el 80% de tu armario.
¿Y el color?
Elige una paleta base (negro, blanco, beige, gris o azul marino) y dos o tres tonos acento que te gusten y se vean bien juntos (verde oliva, terracota, rosa empolvado, mostaza…). Esto te ayudará a mantener cohesión en tus combinaciones sin aburrirte.
Conclusión
Un armario cápsula es mucho más que una selección de ropa: es una forma de simplificar tu día a día, ganar claridad y apostar por lo que realmente te representa. Con menos prendas, pero bien elegidas, te vistes con facilidad, estilo y coherencia. Te ayuda a conocerte mejor, a ser más creativa con lo que ya tienes y a consumir de forma más consciente.
No se trata de tener poco, sino de tener justo lo que necesitas para sentirte tú misma, cada día, sin complicaciones.