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Vivimos en una era donde vestirse nunca ha sido tan fácil… ni tan problemático. Comprar una camiseta por 5 € y estrenar ropa cada semana es tan accesible que pocos se detienen a pensar en lo que hay detrás. La industria de la moda está en un punto de inflexión: dos caminos muy diferentes se dibujan frente a nosotros. Uno apuesta por la inmediatez y el consumo masivo. El otro, por la ética, la calidad y la conciencia.
Fast fashion vs slow fashion. Dos formas de consumir moda, dos futuros posibles. ¿Cuál eliges tú?

¿Qué es el fast fashion?

El fast fashion es el modelo de producción que prioriza la velocidad, el bajo coste y la rotación constante de colecciones.
Marcas globales lanzan cientos de productos nuevos cada semana a precios muy bajos, incentivando el consumo impulsivo.

Ventajas percibidas:

  • Precios accesibles.
  • Acceso rápido a tendencias.
  • Variedad constante.

Costes reales:

  • Explotación laboral.
  • Contaminación ambiental (la moda es responsable del 10% de las emisiones globales de CO₂).
  • Ropa de baja calidad que dura muy poco.
  • Generación masiva de residuos textiles.

¿Qué es el slow fashion?

El slow fashion apuesta por una moda con propósito: menos cantidad, más calidad, y una visión ética desde la producción hasta el consumo.

Sus pilares:

  • Producción ética y transparente.
  • Tejidos sostenibles o reciclados.
  • Apoyo a diseñadores responsables.
  • Prendas atemporales y duraderas.

Es una moda más conectada con las personas y con el planeta.

Marcas recomendadas del showroom que apuestan por el slow fashion:

Save the Duck – Abrigos y prendas técnicas 100% libres de crueldad animal, hechos con materiales reciclados. Perfecto ejemplo de funcionalidad sostenible.

Salsa Jeans – Vaqueros duraderos y con procesos de lavado más responsables con el agua y el medio ambiente.

Amosa – Prendas de inspiración natural, con producción local y tejidos que apuestan por lo artesanal y lo eco.

Meïsie – Moda boho-chic de aire romántico, con detalles bordados y un enfoque de producción más lento y responsable.

Skatïe – Marca femenina inspirada en el estilo de vida mediterráneo: producción local (Barcelona) y tejidos reciclados.

Gianni Lupo – Moda masculina con una creciente apuesta por tejidos certificados y colecciones duraderas.

Lili Sidonio – Diseños con identidad fuerte, que se alejan del «usar y tirar», apostando por la originalidad y la calidad.

Dos futuros posibles

Futuro 1: seguir con el fast fashion
Un mundo donde la moda sigue siendo desechable. Ríos teñidos por tintes tóxicos. Sueldos míseros para quienes confeccionan nuestra ropa. Armarios llenos de prendas olvidadas.

Futuro 2: apostar por el slow fashion
Una moda más justa, creativa y consciente. Menos impacto ambiental. Más historias detrás de cada prenda. Marcas que cuidan a las personas y al entorno.

¿Cómo puedes empezar a cambiar?

 Aquí algunas acciones simples:

  • Compra de forma más consciente: pregúntate si realmente lo necesitas.
  • Elige calidad antes que cantidad.
  • Infórmate sobre las marcas que vistes.
  • Apoya firmas locales y sostenibles.

En resumen…

Fast fashion y slow fashion representan dos formas de entender la moda.
Una alimenta la prisa y el exceso.
La otra, la reflexión y la permanencia.
Ambas están en nuestras manos, cada vez que decidimos qué ponernos.

¿Qué futuro quieres vestir?

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