Las vacaciones de verano son el momento ideal para desconectar, viajar y sentirnos libres. Pero a la hora de hacer la maleta, muchas veces caemos en el error de llevar demasiado, o justo lo que no necesitamos. Esta guía está pensada para ayudarte a empacar con cabeza, sin renunciar al estilo. ¿El objetivo? Vestir con personalidad y comodidad, pero con pocas piezas bien elegidas.
Define una paleta de colores que te simplifique la vida
Antes de empezar a meter ropa, define una gama cromática. Esto hará que todo combine entre sí sin esfuerzo. Una base de neutros como blanco crudo, negro, gris claro, beige o azul marino es siempre un acierto. Sobre esa base, puedes añadir uno o dos colores acento como lavanda, coral, verde menta o terracota, que están muy en tendencia este verano 2025.
Esta selección de tonos no solo ayuda a crear múltiples combinaciones, sino que también transmite cohesión visual. Parecerá que llevas más looks diferentes de los que realmente has empacado.
Los siguientes ejemplos son de las marcas Gianni Lupo y Salsa Jeans.
Selecciona prendas versátiles que se adapten al destino
La clave está en piezas que sirvan para más de una ocasión. Dos camisetas básicas (una blanca y otra negra o cruda) te resolverán mil situaciones. Añade un top especial con detalles como crochet, nido de abeja, drapeado o corte asimétrico para elevar un look sin complicaciones.
Los siguientes ejemplos son de la marca Lili Sidonio.
Una camisa oversize de lino o popelina es una joya en la maleta: puede hacer de vestido, sobrecamisa, salida de playa o prenda elegante con cinturón. A eso se suma un vestido fluido (tipo lencero o estampado) que funcione tanto de día como de noche. Son prendas cómodas, frescas y con mucho potencial de estilo.
Elige bien las prendas de abajo
En la parte inferior, opta por piezas que puedas repetir sin que se note. Un short de lino o denim claro te salvará del calor, mientras que una falda midi o un pareo multifunción pueden usarse tanto para la playa como para paseos más formales.
Un pantalón palazzo o de tejido amplio y fresco te dará el toque sofisticado para las noches o los días más frescos. Elige uno que combine con varias partes de arriba y que te haga sentir cómoda y estilosa al mismo tiempo.
Los siguientes ejemplos son de las marcas Lili Sidonio y Molly Bracken
No subestimes el poder del swimwear
El bañador o bikini ya no es solo para nadar: puede convertirse en top, body o incluso en prenda base para un look de noche con una falda fluida y unas sandalias especiales. Lleva al menos uno que te guste mucho y que combine con otras prendas de tu maleta. Si viajas más días, un segundo modelo te dará juego sin ocupar demasiado espacio.
También puedes añadir un pareo, kaftán o vestido playero. Estas piezas no solo sirven para la playa: combinadas con accesorios adecuados, pueden convertirse en look veraniego perfecto para la ciudad o una cena informal.
Calzado: tres pares bien pensados
Llevar el calzado justo puede marcar la diferencia entre una maleta funcional y una caótica. Con tres pares bien elegidos, tendrás cubiertas todas las situaciones: unas sandalias planas cómodas pero con diseño (de cuero o tiras finas), unas zapatillas blancas para caminar sin parar y unas alpargatas o sandalias con plataforma para darle un toque más arreglado a tus outfits de noche.
Evita los tacones finos, los zapatos nuevos o cualquier cosa que solo combine con un único look. Tu maleta y tus pies lo agradecerán.
Accesorios que elevan cualquier look
Aquí es donde puedes jugar. Un look básico puede transformarse con accesorios bien elegidos. Un sombrero de rafia o un bucket hat estiliza y protege del sol. Unos pendientes dorados, unas gafas con forma especial o un pañuelo en el cuello o en el pelo dan personalidad sin ocupar espacio.
Incluye un bolso mini o bandolera para salir, y otro tote o shopper plegable para excursiones, playa o uso diario. Con muy poco peso, conseguirás transformar tus combinaciones sin repetir.
Los siguientes ejemplos son de la marca Save the Duck.
Tejidos frescos, naturales y con textura
Este verano reinan el lino, el algodón rústico, la popelina, el crochet y la muselina. Todos ellos tienen en común que son transpirables, ligeros y con una textura visual muy interesante. El lino arrugado, por ejemplo, no solo se permite: se celebra.
Apuesta por estos materiales no solo por comodidad, sino por estética. Un vestido blanco de algodón con bordados o un top de crochet pueden ser los protagonistas de tus fotos de vacaciones sin necesidad de grandes producciones.
Crea looks en casa antes de viajar
Una forma infalible de asegurarte de que estás empacando bien es probar los looks en casa. Haz combinaciones, hazte fotos con el móvil y piensa: ¿me gusta cómo me veo? ¿Puedo usar esto en al menos dos situaciones diferentes? Así evitarás llevar prendas que no usarás nunca.
Puedes incluso organizar tus looks por días o planes (playa, paseo, cena, excursión), lo que hará que disfrutes más del viaje y pases menos tiempo decidiendo qué ponerte.
Cuida cómo organizas la maleta
El orden también influye. Enrollar la ropa en lugar de doblarla ahorra espacio y evita arrugas. Usa bolsas de tela para separar tipos de prendas o looks completos, y lleva una bolsa para la ropa sucia.
Si usas neceser, elige productos en tamaño viaje o sólidos (champú, protector solar, desodorante). No necesitas un arsenal de belleza, solo lo esencial. Tu piel también agradecerá una rutina más simple durante el verano.
CONCLUSIÓN: Tu estilo viaja contigo, no en la cantidad de ropa
Vestir bien en vacaciones no significa llevar media casa. Significa conocerte, saber qué te gusta, y elegir con cabeza. Viajar ligera es una forma de liberar espacio físico y mental. Es una manera de disfrutar más del presente, moverte con libertad y seguir sintiéndote tú misma con estilo, pero sin exceso.
Así que este verano, haz la maleta con intención. Llénala de prendas que te hagan sentir bien, tejidos que respiren contigo y accesorios que cuenten tu historia. Porque al final, la maleta perfecta no pesa: fluye contigo.
